"En unidad con la presencia de Dios, vivo de Su paz en mi."
Si remara una canoa en las aguas turbulentas de un raudal, necesitaría calmarme y pensar que las aguas y yo somos uno. La corriente de agua me mostraría cómo debo maniobrar para que la canoa permanezca firme y así poder evitar las rocas.
Si paso por una crisis en mi vida, debo calmarme y recordar que soy uno con la presencia de Dios. De ese modo, una paz interior fluirá por mi mente y cuerpo.
Marcharé al ritmo de este fluir de paz y no me dejaré llevar por las circunstancias. Uno con la presencia de Dios, vivo de Su paz que está en mi lista para ayudarme en toda circunstancia.
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