"La gracia de Dios en mí es el don de vida. Siento paz y fortaleza."
Quejarse de dolores y malestares pueden convertirse en un hábito, pero solamente si permitimos que esto suceda. Al darme cuenta del poder de mis pensamientos y mi palabra hablada, reemplazo las quejas con ideas que apoyan el estado natural de salud que es el don de Dios para mí.
Mis pensamientos y acciones influyen en la curación de mi cuerpo. Cada idea positiva es como una oración a la cual cada célula responde. Cuando noto incomodidad física, afirma mi salud con ideas de fortaleza y perfección. Confío en el diseño de Dios de mi cuerpo que incluye su habilidad asombrosa de curación. Siento mis afirmaciones como energía que fluye en mi cuerpo y contribuye a su curación. Por medio de la gracia del continúo don de vida de Dios, tengo paz y fortaleza, salud y perfección.
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