"Doy y recibo generosa y abundantemente."
Cuando Jesús estaba enseñando a una gran multitud y ésta se puso inquieta y sintió hambre. Sus discípulos reunieron la comida que estaba disponible: cinco hogazas de pan y dos peces. Jesús bendijo la comida y comenzó a pasarla a la multitud. Al final, hubo cestos llenos de sobras.
La generosidad inspira generosidad y el dar genera abundancia. Al dar atención a otros, encuentro que tengo todo el tiempo que necesito para llevar a cabo una tarea. Al dar, experimento un fluir de abundancia en mi vida. También doy gracias por anticipado, como lo hizo Jesús. Al alinear mi corazón y mi mente con el fluir divino, expreso gratitud por todas mis bendiciones.
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