"No soy yo, sino el Cristo en mí quien hace la obra."
Aveces estoy tan ocupado solucianando, mis problemas que descuido vincularme con el poder del Cristo morador. Calladamente y con confianza, descanso de todo esfuerzo humano y me aferro al poder del Cristo, el cual nunca se cansa ni fracasa.
El Cristo morador me librera del esfuerzo, el estrés o la lucha. La tensión se disipa cuando permito que el espíritu crístico obre en mí y por medio de mí. Mi vínculo con el poder del Cristo es fortalecido cuando descanso y soy receptivo.
LibRE y sin ataduras, permito que el fruir de la energía, la guía, la inteligencia y el poder divino obren por medio de mí. Nada depende de mí solo. Me dirijo al cristo morador par que me ayude con todo. Al hacerlo, soy liberado.
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