"Con un corazón dispuesto, invito a Dios a bendecir a otros por medio de mi."
Aún cuando enfrentaba circunstancias, que retaban Su vida misma, Jesús estuvo dispuesta realizar la obra de Dios. Con una fe incuestionable y un corazón dispuesto, Jesús revelaba milagro tras milagro.
El tener un corazón dispuesto me bendice porque me lleva a sentir más la presencia de Dios en la vida diaria y en las circunstancias milagrosas. Estoy dispuesto a ser las manos de Dios cuando cuido de alguien que no puede cuidarse a sí mismo. Estoy dispuesto a ser la voz de Dios cuando le digo te amo a alguien que necesita el sustento que el amor le provee.
¿Qué trabajo más grande podría yo hacer que el que Dios me asigne? Lo que hago cuando estoy dispuesto a dejar que Dios se exprese por medio de mí, no es trabajar es un honor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario